Esta vez la bala me picó cerca

Entre abril y junio de 2020 publiqué varios escritos sobre las experiencias de un cubano común en medio de la pandemia de COVID-19. El quinto día de junio divulgué el último relato sobre ese tema, entonces el país apenas acumulaba 1800 contagiados, poquísimos fallecidos y todo parecía indicar que la epidemia se mantendría controlada, incluso hubo municipios y provincias que pasaron meses sin reportar contagios. 

Como no era posible mantener semiparalizado el país, a partir del segundo semestre se aprobó una atenuación del aislamiento social establecido desde abril, insistiéndose en que durante  la llamada ¨nueva normalidad¨, la población y sobre todo en los centros de trabajo, mantuvieran el uso de la mascarilla, los pasos podálicos, el lavado de las manos y que se evitara el acceso de trabajadores contagiados. Se reabrieron los vuelos, el transporte público, los comercios, cines y teatros, se restablecieron las clases en las escuelas y se realizaron los exámenes de fin de curso.

Cuando se eliminaron las restricciones a la llegada de vuelos al país, regresaron cubanos que habían quedado varados en otros países, otros vinieron para las navidades a visitar sus familiares y también regresaron extranjeros radicados aquí.  Inicialmente no se les exigió la presentación de resultados negativos de PCR a las líneas aéreas, esa prueba se hacía al llegar en el aeropuerto cubano. A los residentes se les enviaba  a un centro de aislamiento hasta que se confirmara que no estaban contagiados, de lo contrario los remitían a un hospital para ser atendidos. Los visitantes esperaban los resultados en casas de familiares u hoteles, pero muchos anduvieron libremente por donde se les antojó, fueron a otras provincias, participaron en fiestas y como resultado de ello, se incrementó la cifra de contagios.  Algunos de los que  vinieron por pocos días al país ya habían regresado cuando se constató que llegaron infectados.

Ante la nueva tendencia al alza de contagios, se endurecieron algunas medidas de prevención y de aislamiento social, aunque los índices de enfermedad o muerte por el coronavirus seguían siendo muy inferiores a los de otros países. 

La llegada al país de cepas más agresivas y contagiosas del virus puede ser una de las causas del crecimiento vertiginoso de los casos positivos en los últimos meses. Otra causa es cierta ¨fatiga¨ mostrada por algunos ciudadanos para cumplir las medidas de protección y aislamiento  y por los encargados de controlar y exigir su cumplimiento en los municipios y barrios, dado el largo período transcurrido  desde el inicio de la epidemia. Pero no me  cabe duda de que también hay personas que aplican la filosofía del TTM (tirarlo todo a mierda), que aducen estar cansados de las dificultades para transportarse, la escasez de todo tipo de productos y la existencia de larguísimas colas para adquirir alimentos y medicinas. 

Ya fue inmunizado con vacunas cubanas todo el personal del sector de la salud y se ha aplicado al menos una dosis a más de 5 millones de personas. Se espera concluir la vacunación del 70 % de la población en el verano y al resto antes de que culmine el año. 

 Yo llevaba muchos meses mirando los toros desde la barrera, confieso que dejé de prestar atención a la información diaria del MINSAP sobre la cantidad de contagiados y fallecidos,  me resultaba deprimente y molesto escuchar hablar sobre el crecimiento sin parar de los contagios, en particular de la cantidad de niños, incluso lactantes, que últimamente se infectan por el descuido de sus padres y familiares. El día 25 de junio se rompió el record de contagios diarios al alcanzar 2464 personas, 664 más en un día que el acumulado de los primeros tres meses de epidemia. 

Apenas salgo de la casa. Diariamente voy a la bodega a buscar el pan y a comprar  los productos normados, cuando están vendiendo papa, pollo o huevos hago una colita, distanciándome del que va delante y al regresar a casa me lavo las manos, la mascarilla y la pongo al sol. Cuando llega algún producto normado de distribución decenal o mensual, es preferible esperar al segundo día por la tarde para comprarlos, el primer día es muy larga la cola que se forma en la  bodega o la farmacia. En el caso del  agromercado de venta libre cercano es preferible ir bien temprano, a partir de las 8 a.m. siempre hay que esperar un rato para entrar. Lo más difícil resulta conseguir el pan liberado, los demás alimentos y artículos de aseo, lo vendan en pesos cubanos o en divisas: o haces largas colas o tienes que comprarlos a revendedores a altísimos precios.

En medio de esta vida algo monástica que llevo desde hace quince meses, mi nieto tuvo fiebre y al hacerle la prueba de antígeno dio positivo, como está establecido lo enviaron a un centro de aislamiento. Pasados varios días perdió el olfato y el paladar, tenía tos y la prueba de PCR seguía dando positiva a la Covid-19. Diez días después, el análisis dio negativo y le dieron de alta. Nunca dejó de usar la mascarilla y acostumbraba limpiarse las manos constantemente con solución alcohólica y lavarlas con jabón al llegar a la casa. Hace meses se acogió al régimen  de trabajo a distancia desde la casa, pasando una vez a la semana por su centro de trabajo. No se pudo determinar con certeza quién lo contagió.

 A partir de ese momento, como vivimos en la misma casa, los demás familiares fuimos considerados sospechosos, sometidos a un aislamiento total, sin poder salir, por suerte contamos con la ayuda de un familiar que trajo los mandados diariamente y nos los entregaba en la puerta. Al quinto día de confirmado el nieto como positivo, nos tomaron la muestra del PCR y por problemas en el control por el municipio, no fue hasta 10 días después que conocimos de los resultados negativos.  

Me acaban de poner la primera dosis de la vacuna Abdala y confío en estar protegido contra esa enfermedad después que reciba la tercera dosis. 

Por lo pronto, seguiré cuidándome como antes, esta vez la bala del coronavirus me picó muy cerca y trataré de no estar delante cuando disparen otra. Por ahora, la única forma de impedir los contactos es protegiéndonos adecuadamente. Cuando todos los cubanos hayan sido vacunados terminará esta larga pesadilla. La del bloqueo y las colas es harina de otro costal.   

26 de junio de 2021


Comentarios

  1. Que suerte (por llamarle de alguna forma) has tenido de no haberte contagiado, eso indica el gran esfuerzo por mantener el virus a distancia. Un abrazo!! Y mucha salud!!

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