Nota sobre una muerte anunciada

 A pesar de las buenas intenciones de sus progenitores al traerlo al mundo, después de sus escasos 26 años de vida, el peso convertible cubano (CUC) se quedó sin fuerzas producto de su excesiva reproducción, la ineficiencia que le rodeaba y las agresiones del exterior.


Es una pena que desaparezca tan joven, tenerlo de visita en casa nos llenaba de regocijo y salir con él de compras nos daba mucha seguridad. Hace poco más de un año que dejó de ser imprescindible para adquirir productos en algunas tiendas pues su hermano mayor, es decir el peso cubano (CUP), asumió en paralelo sus atribuciones.

Dentro de poco entrará en un coma inducido y lo mantendrán con respiración artificial hasta que todos sus descendientes sean localizados y recompensados.

Durante un período de tiempo compartió sus funciones con su primo nacido en los Estados Unidos, el dólar, hasta que en 2004 este último fuera expulsado de la escena pública y penalizado. El CUC llegó a suplir la ausencia de ese primo y hubo momentos en que se le creyó superior a este.

Ojalá que la nueva estrategia  económica y el ordenamiento monetario anunciados permitan que la economía nacional se recupere, que los precios no se disparen aún más  y que el tradicional peso  cubano se fortalezca para que cumpla cabalmente el papel que le corresponde, abreviándose la presencia, codiciada por algunos y odiada por otros, del malévolo y persistente primo recién reaparecido en la escena pública. Y sobre todo, que no sea víctima de los mismos males que acabaron con la vida de su hermano menor.

E.P.D.

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