La importancia del factor tiempo

El tiempo es una magnitud física omnipresente o, como se dice últimamente, ¨transversal¨ a todos los fenómenos del universo.

El llamado ¨factor tiempo¨ es  una circunstancia que contribuye a que algo se realice o se demuestre. Las cosas generalmente no suceden de improviso, tienen su proceso, eso resulta más evidente en los fenómenos naturales: transcurre algún tiempo para que las plantas crezcan después de sembradas o para que nuestro planeta gire alrededor del Sol.  

En la época en que todo iba más lento y se vivía con menos estrés, nuestros abuelos decían que ¨no hay nada más socorrido que un día detrás de otro¨, argumentando que con el transcurso del tiempo se podía comprobar la veracidad de cualquier criterio o hipótesis, la justeza de cualquier decisión o la madera de que estaba hecha una persona. Pero los tiempos actuales demandan actuar a ritmos mayores, las distancias se cubren en menos tiempo,  la informatización de la sociedad ha permitido incrementar la velocidad de trasmisión y la cantidad de información que se envía o recibe, gracias a ello vuelan las noticias, se aceleran las transacciones comerciales y financieras y se puede abreviar la toma de decisiones.

A veces se necesita tiempo para meditar y escuchar opiniones antes de cambiar algo o aplicar una medida, incluso cuando es mucha la incertidumbre se puede hacer una prueba  o experimento para determinar si al final esta resulta correcta, pero no pueden prolongarse infinitamente porque los que esperan porque el asunto se resuelva se desesperan, se desilusionan y algunos deciden hacer lo que les parezca, incluyendo cosas ilegales, creándose problemas peores que los que se pretendía resolver.

Los creadores de los candidatos vacunales cubanos contra la COVID-19  han logrado acortar los plazos para obtenerlos y comenzar a probarlos, demostrando un empleo eficiente del tiempo. Se prueba la inocuidad y la efectividad de sus ingredientes. La aplicación de una vacuna preventiva eficaz permitiría detener el actual contagio,  salvar de  la muerte a los más débiles y la aparición de secuelas en los recuperados, además de soslayar el tiempo que pierden los enfermos y sospechosos cuando dejan de trabajar por permanecer albergados u hospitalizados, evadir los gastos adicionales que la epidemia acarrea al presupuesto de  la nación y suprimir las restricciones que ha sido necesario imponer a las capacidades de producción y los servicios y a la vida cotidiana de las personas.   

¨Hacer las cosas al precio que fuese necesario¨, en determinadas circunstancias es imprescindible para lograr que una importante meta se cumpla. Pero en la esfera productiva y en los servicios además de ser eficaz, hay que ser eficiente, empleando la menor cantidad de recursos posibles, de lo contrario los ingresos o el presupuesto asignado no cubren los gastos y algún ente externo tiene que prestarnos o asignarnos dinero adicional para compensar el déficit. Es la regla más simple que domina las relaciones mercantiles, que no siempre se cumple y que se distorsiona en nuestra esfera empresarial cuando en la contabilidad se equipara el valor de cambio de un peso cubano (CUC) a un peso convertible (CUC) o un dólar estadounidense (USD).  

Ser eficiente implica dedicar el tiempo estrictamente necesario para cumplir cualquier trabajo, si lo sobrepasamos, se desperdicia tiempo y dinero, si no dedicamos el tiempo requerido para cumplir una tarea, probablemente el resultado sea defectuoso o insuficiente. Con la introducción de invenciones y nuevas tecnologías (mecanización, automatización, informatización), mejoras en la organización de los procesos y la aplicación de incentivos salariales o morales se puede incrementar la productividad del trabajo, reducir los costos unitarios y los plazos de ejecución de las tareas.

Ocurre con mucha frecuencia que los usuarios de un servicio pierden tiempo en realizar sus trámites porque aunque se han reducido, aún persisten procedimientos burocráticos o porque algunos empleados no tienen la suficiente motivación, preparación o destreza para los trabajos que realizan y enlentecen los procesos.

La fila o cola en cualquier establecimiento comercial u oficina de trámites ha sido un fenómeno perenne en nuestra sociedad desde hace decenas de años. La COVID-19 ha agravado la situación pues las medidas de distanciamiento obligan a hacer la cola afuera de los locales,  a veces  bajo el sol y la lluvia, además por la misma razón en algunos establecimientos se ha reducido la cantidad de personal que atiende a los clientes.

Desde el pasado año la escasez de ofertas de productos ha incrementado las filas en las tiendas, mercados y farmacias.  Sucede que muchas veces se invierte más tiempo en comprar un producto escaso en una tienda o recoger la tarjeta de débito en divisas previamente solicitada por internet a un banco que en viajar por avión de La Habana a Venezuela.  

Es cierto que si usted no hace la cola para comprar se arriesga a que el producto se agote,   lo ideal fuera que existieran suficientes comercios en todos los territorios y que estos dispusieran de todos los productos, pero eso resulta imposible de imaginar en medio del arreciado bloqueo estadounidense y la crisis económica actual, pues en la larga estancia en la cola también influye la lentitud del servicio.  Si hay una sola caja y además el cajero es lento la demora es mayor. Si hay un solo POS en toda la tienda para el cobro por tarjeta magnética y no en cada caja, el cajero debe parar de cobrar e ir a donde está el POS. Si este no tiene moneda fraccionaria suficiente para dar el vuelto, debe ir a buscarlo o esperar que lo traigan. Si no hay bolsas en la caja y hay que esperar que las traigan, el flujo de la cola se paraliza. Si el billete que trae el cliente es de 50 CUC o más hay que esperar a que anoten sus datos personales para evitar que pasen billetes falsos.

Contrasta la lentitud con que se labora y se resuelven los asuntos en muchas entidades en tiempos normales con la presteza y precisión con que se cumplen las medidas previas para proteger a la población y los recursos ante fenómenos meteorológicos y durante la fase de recuperación de los daños.  Ante estas situaciones los que prestan estos servicios trabajan con sentido de urgencia y mayor intensidad.

Recientemente se anunció la implantación de un conjunto de medidas para reactivar la economía y lograr mayor eficiencia. La tan postergada reunificación monetaria y cambiaria deberá contribuir también a ese propósito. Aunque hay quienes opinan que el actual momento no es el adecuado para hacerla, el Presidente cubano planteó el pasado 17 de julio: ¨una necesidad impostergable es retomar las medidas pendientes y corregir de inmediato todas las posibles distorsiones”. Lo cierto es que si no elimina la dualidad monetaria  y se corrige la  actual sobrevaloración del CUP en relación con los insumos importados en moneda libremente convertible, el resto de las medidas no tendrá la efectividad esperada.

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