Páginas del diario de Ana Franco en tiempos del coronavirus (III)

1 de abril
Llamé a la oficina del  concurso Aquelarre para saber si pospusieron la entrega de los trabajos debido a la pandemia y nadie contesta el teléfono, los correos rebotan,  deben estar  aislados en sus casas. Les escribí por Facebook y están como el de Lima, no responden, quizás tengan un ¨humor de perros¨. Qué desgracia, llevaba dos años esperando la oportunidad y el coronabicho se me atravesó.  
El gobierno informó que no se permitirá la llegada de los pocos vuelos que quedaban funcionando. Van a pasarle el test rápido a todos los albergados en centros de aislamiento y  contactos aislados en sus casas para detectar posibles infectados, de todos modos los tendrán allí 14 días porque ese test no es 100 % seguro y hay que corroborarlo con el PCR, que por ser muy costoso y más escaso, solo se lo hacen a los enfermos y sospechosos.
Me he jurado a mí mismo que cuando esto pase no voy a ver noticias por lo menos en 3 meses, no hablan de otra cosa que de la enfermedad. Me levanto y veo noticias, a las 9 pongo Telesur o RT en español, a las 11 la conferencia de prensa, a la 1 el noticiero, a las 6 o las 7 la mesa redonda, a las 8 el noticiero estelar, a las 11:30 p.m. el de Canal Caribe, y todos giran sobre el coronavirus, ya no hablan de eliminar el caracol gigante africano, que cuando esta epidemia cese se habrá reproducido sin parar. Menos mal que mi celular es mongo y no le llegan noticias ni fakenews por la red, sería el colmo. 
Para mantener el aislamiento social suspendieron los desfiles por el 1º de mayo y pospusieron el congreso de la ANAP.
Me sigue el malestar de los ojos, decidí no ir al oftalmólogo para no contagiarme en un hospital o policlínico con el virus que mata, sigo con las compresas de agua. 
3 de abril
Se decidió establecer la cuarentena en el consejo popular colindante con el nuestro porque en esa zona hay 8 contagiados y n desconocidos por culpa de un viejo que vino de España, se enfermó, no fue a tiempo al médico y los dos hijos se aparecieron con él demasiado tarde en el cuerpo de guardia del hospital Fajardo. No me imagino cómo con tanta información que dan sobre lo peligroso de contraer esta enfermedad haya una familia tan irresponsable. Lo mandaron a cuidados intensivos al hospital Naval y se murió a los dos días, a los probables contactos les hicieron el test y aparecieron varios contagiados.
Mi hija decidió traer para acá a la tía que vive sola en esa zona porque después se le dificultaría entrar para verla o ayudarla. ¡Éramos pocos y parió Catana!
Llegó el Amlodipino  a la farmacia y lo compré. ¿Habrán conseguido la materia prima gracias a AMLO? 
7 de abril
 Hace varios días que no llegan vuelos con pasajeros, salvo 8 empleados cubanos de un crucero que navegaron en un yate desde Barbados y dicen que faltan algunos más por llegar.  Esta reclusión domiciliaria no parará hasta que dejen de llegar personas desde el extranjero y verifiquen a todos los sospechosos y contactos, lo que tiende al infinito. ¡Échale guindas al pavo, que yo le echaré a la pava!
En la conferencia de prensa dijeron que hallaron 46 nuevos contagiados, ya suman 396 y 11 fallecidos, dos más que ayer. Los nuevos casos están esparcidos por unos 20 municipios del país, pues muchos tuvieron contacto con otros contagiados, venidos de afuera o contagiados por estos. Por eso suspendieron hace dos semanas los viajes y vuelos interprovinciales. La cadena de contagios se comporta como dice una vieja canción: Tongo le dio a Borondongo/ Borondongo le dio a Bernabé/ Bernabé le pegó a  Muchilanga/ le dio a Burundanga/ le jinchan los pies/!Monina!
A propósito, en el pueblo de Florencia, Ciego de Ávila, a una familia se le ocurrió dar una fiesta en la casa para despedir a un emigrado que vino de visita y regresaba al día siguiente, resultado: 12 contagiados. El Presidente estaba que rabiaba en la reunión diaria de análisis de la epidemia cuando mencionaba ese caso.
Buena noticia: ya regresaron a su casa los casi 300 cubanos que llegaron el 24 de marzo de Miami, que fueron aislados en un albergue de estudiantes en el Cotorro y por suerte ninguno contrajo el virus.
El pelo me ha crecido tanto que ya me puedo hacer la colita, si hubiera sabido que no podríamos ir a la peluquería por estar en aislamiento social tanto tiempo, me hubiera pelado ¨al calvo¨ a principios de marzo, como algunas conocidas cantantes y bailarinas, aunque los vecinos pensasen que me estaban dando quimioterapia.

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