Festival de cine


Recién concluyó la 40 edición del Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana,  que  cuatro decenios después mantiene bien puesto su nombre pues sigue siendo una fiesta de fin de año para muchos cubanos amantes del séptimo arte. Alrededor de 70 películas, igual cantidad de documentales y tres decenas de animados que concursaron este año provienen de Latinoamérica, por supuesto, aunque se hace una selección previa no todas tienen la misma calidad y los premios Coral se otorgan a los consideran mejores los jurados de largometraje, opera prima, cortometraje de ficción, documental, animación, guion inédito y  postproducción. Se presenta además una muestra de cine español, alemán, francés, estadounidense y de una veintena de países más, que incluyen algunas películas premiadas en prestigiosos festivales europeos. Durante once días todos los filmes se exhiben en quince salas de La Habana en cuatro-cinco tandas diarias.
Cómo en todas las ediciones anteriores hubo una gran afluencia de público. A pesar de que después del festival podemos verlos dentro de la programación habitual en los cines o la televisión o quizá los consigamos en soporte magnético para verlos en casa, cuando se exhiben filmes cubanos siempre se repletan las salas de cine, en esta ocasión pudimos apreciar cuatro  coproducciones cubanas y un filme 100 % cubano  muy impactante sobre la triste historia de los 8 estudiantes de medicina fusilados en 1871 por el gobierno colonial español condenados  por una ofensa que no cometieron, esa película recibió el premio de la popularidad. Esta preferencia en ningún modo se puede considerar  chovinismo, tampoco se le puede aplicar la consoladora frase martiana ¨nuestro vino es agrio pero es nuestro vino¨, todas las películas exhibidas tienen buena factura y, excepto la tragedia antes mencionada, siempre tienen una fuerte dosis de humor, de ahí su popularidad, aunque quizá para los gustos más pacatos algún que otro guionista y director cubano pecan de incluir demasiadas escenas de sexo.
En la gala inaugural se presentó el documental de Emir Kusturica ¨El Pepe, una vida suprema¨ una entrevista aderezada con elementos y testimonios biográficos de José Mujica, guerrillero urbano y preso político uruguayo durante doce años, que en el ocaso de su vida llegó a Presidente de ese país por el Frente Amplio y cumplido su mandato siguió trabajando en su chacra con la misma humildad que cuando asumió el cargo, sus conceptos humanistas y su actitud sin tachas le ganaron la admiración y el agradecimiento de sus coterráneos, sobre todo de los más pobres, que resultaron beneficiados durante su gobierno.
Se exhibió en el teatro Karl Marx por primera vez la  bella coproducción española-británica-cubana-alemana ¨Yuli¨ dirigida por Icíar Bollaín sobre la vida del bailarín Carlos Acosta. Ante unos cuatro mil espectadores asistentes al estreno fueron presentadas unas 50 personas integrantes del equipo de producción, el elenco de actores, los bailarines de Acosta Dance que en él participan, el propio Carlos y su profesora y directora de la Escuela Nacional de Ballet  Ramona de Saa, ambos homenajeados por la película. Resultó reconfortante  observar la pléyade de admiradores de Carlos Acosta que vinieron a la presentación, probablemente suceda lo mismo en las otras dos exhibiciones programadas.
Los habituales al festival compran previamente un tabloide que contiene las sinopsis de todas las películas y hacen una preselección de lo que más les interesa ver. El día inicial, armados de la cartelera para dos días que se vende en los cines temprano en la mañana y que muestra la programación horaria por cada sala de cine, planean su agenda diaria y pasan de una sala de cine a otra relativamente cercana tratando de ver la mayor cantidad de películas, no tienen que ir a la taquilla a comprar la entrada porque adquieren previamente un pasaporte que les permite ver 7 películas por el módico precio de 10 pesos cubanos; algunos andan con una bolsa en la que llevan el almuerzo o van a algún establecimiento cercano y compran una pizza o un entre pan y un refresco para reponer energías y seguir el recorrido. En ese afán de ver la mayor cantidad de películas, a veces se encuentran con obras de mucha o aceptable calidad, en menos ocasiones topan con un bodrio y salen de la sala antes de que finalice.
Hay personas que toman vacaciones para asistir al festival, los que no tienen esa posibilidad asisten a las tandas vespertinas o de fin de semana; a las diurnas la mayoría de los que acuden están en la tercera edad, llaman la atención algunas personas de edad muy avanzada que asisten al cine en época de festival. Cuando las películas son muy demandadas, previo a la hora de inicio se organiza una cola de cinéfilos en la que se produce un espontáneo intercambio de criterios e impresiones sobre las que ya han tenido la oportunidad de ver, que les permite recibir recomendaciones sobre qué filme no debieran dejar de ver, sus vivencias casi siempre resultan más ilustrativas que leer las frías sinopsis de un tabloide, gracias a eso me enteré y pude ver la película española ¨Campeones¨ que trata la historia de un entrenador de baloncesto que como sanción judicial tiene que preparar un equipo de jugadores débiles mentales. Hacía tiempo que no me reía tanto viendo una película, sin embargo para muchas personas pasó desapercibida porque desconocían el éxito de público que estaba teniendo en España.
Con el cine en Cuba sucede lo mismo que con el beisbol, quizá por asistir a los 39 festivales anteriores y escuchar los comentarios semanales de los críticos difundidos por la prensa y la televisión hay una buena cultura cinematográfica entre nuestra población y en las filas hasta nos tropezamos con algún que otro trasnochado ¨crítico¨ no profesional. Como dispuse de abundante tiempo libre, en esta ocasión pude ver más películas que en los anteriores festivales. Todo iba bien con el clima que se mantenía soleado por el día y fresco por la noche hasta que el domingo 9 al anochecer y hasta media mañana del lunes siguiente cayeron unos fuertes aguaceros precediendo la llegada de un frente frío que impidieron hacer la cola en la acera cerca del teatro y obligó a los cinéfilos a guarecerse en algún establecimiento comercial cercano y esperar para entrar al teatro  a la nueva tanda.  La lluvia les ¨aguó la fiesta¨ a los cinéfilos ese día. Por suerte el siguiente frente frío llegó al país después de la clausura del festival.
En paralelo al festival se presenta en la Fortaleza de la Cabaña, pasando el túnel de la bahía, la Feria Internacional de Artesanía, los interesados en adquirir objetos de artesanía importados o de producción nacional para sí mismos o para regalar por el fin de año asisten masivamente, aunque a este evento van mucho más jóvenes y personas de mediana edad que ancianos, pues hay que caminar bastante para llegar a los pabellones de exhibición y, por otra parte, no todos los viejitos cuentan con dinero suficiente para gastarlo en artesanías, les resulta mucho más asequible ir al cine durante el festival.  
Los amantes del beisbol prefieren ir a los estadios o ver por televisión los partidos de la semifinal de la Serie Nacional, en la que contienden en enconada porfía seis equipos provinciales reforzados con integrantes de aquellos que no clasificaron.
En diciembre no hay porqué aburrirse en casa, se realizan muchos eventos culturales o deportivos para todos los gustos, sin contar con las fiestas de fin de año que celebraremos dentro o fuera de casa para darle una buena despedida al año, con el deseo de que el próximo tengamos buena salud, más productos en los mercados, mejor transporte público y más  prosperidad, que falta nos hace. El 16 de noviembre 2019 se celebrarán los 500 años de La Habana, se realizan numerosas inversiones para ampliar y mejorar los servicios y embellecer la ciudad, habrá muchas opciones culturales y recreativas y entre estas, el próximo festival que seguramente resultará tan bueno o mejor que el recién concluido.

Comentarios